En el corazón de Rovira, Tolima, reside un artista cuyo legado se moldea con cada pieza de arcilla que sus manos tocan: Otto Botero. Con más de 36 años dedicados a este noble oficio, Otto no solo crea artesanías; él forja historias, tradiciones y pedazos del alma rovirense que viajan por todo el país.
Desde su taller en nuestro municipio, Otto Botero ha dado vida a más de 366 piezas únicas, cada una cargada de la esencia de nuestra tierra. Sus creaciones en arcilla no son solo objetos; son testimonios de una tradición que perdura, embajadores silenciosos de la cultura y el ingenio de Rovira. Su trabajo es un claro ejemplo de cómo el talento local puede trascender fronteras y llevar un pedazo de nuestro patrimonio a cada rincón de Colombia.
Para Otto, su labor va más allá de la técnica y la forma. Él mismo lo expresa con una profunda sabiduría: “El arte es la energía positiva que alimenta el espíritu.” Esta frase no solo define su filosofía de vida y de trabajo, sino que resuena en cada una de sus obras, impregnándolas de vitalidad y propósito. Es esa energía la que se siente al contemplar sus jarrones, figuras, y representaciones de la vida cotidiana y la naturaleza tolimense.
La dedicación y maestría de Otto Botero son un tesoro invaluable para la memoria histórica de Rovira. Su arte no solo embellece espacios; conecta generaciones, preserva técnicas ancestrales y nos recuerda la riqueza cultural que surge del esfuerzo y la pasión de nuestros artesanos. Otto no solo moldea arcilla; moldea orgullo, identidad y un futuro donde el arte sigue siendo un motor fundamental para nuestra comunidad.